¿QUIÉN
SOY?

Es
normal que un alumno de tercer semestre de prepa tenga ciertas dificultades
para dormir, para salir a fiestas, para ver películas o tener un fin de semana
“cool” aunque tampoco es normal consumir ciertas drogas a los 16 años de edad y
preguntarse al techo ¿Quién soy?
Nunca
eh sido una niña muy complicada, me
cuestiono lo suficiente el por qué tengo que venir todos los días a un
lugar que es aburrido y repetitivo, donde no me gusta estar, así que mi único
desestres era fumarme un cigarrillo o comer un cuadro de LSD.
Para
después sentir efectos algo locos y hacerme olvidar de eso por un rato…
En
fin, cuando llegue a mi asiento, el profesor empezó a pasar lista antes de
comenzar su clase, y lo curioso es que no necesité esforzarme para no dormir,
porque mis compañeros son tan divertidos que me mantenían despierta. Para dar
inicio a la clase, el profesor de matemáticas que por cierto me caía muy bien
pero su clase no se me daba, nos preguntó ¿Que es un número imaginario? ¿Cuándo
usaré yo un número imaginario? Pero en fin, es lo que quieren que aprendamos.
Luego
de un rato de explicarnos, y ejercitar lo aprendido, nos dice:
¿Alguna
duda? –tenía una sonrisa rara al notar que las manos no se alzaban, ni el más
inteligente lo hizo, quizás no sospechaba que el 50% de mis compañeros no
entendían nada.
-Yo
tengo una duda, digo, sé que es algo incómodo, sé que no es el lugar, pero
¿Quién soy? Mis compañeros empezaron a reír como siempre, sabía que les
causaría gracia pero la verdad no me interesaba, pero si vengo al plantel a
aprender no debo quedarme con duda alguna.
-No
es lugar para preguntarme eso, soy tu profesor y amigo pero la verdad no sé qué
responder a tu pregunta, eso depende de ti,- dijo mi profesor.
Seguramente
él no se cuestionaba por las noches o al menos eso pensé al escuchar su
respuesta.
Después
del receso de 20 a 25 minutos –20 minutos que por cierto no daba para nada ese
receso, estoy desde las 6:00 a.m. hasta la 1:00 p.m. y solo daban 20 minutos
para almorzar ,es una burla. Fui a la clase de literatura, la profesora me
parecía muy sabia y muy buena onda, así que sabía que al final de su clase
sería una súper idea preguntarle mi loca pregunta.
Esperé
dos horas hasta que terminamos y me acerqué a ella mientras ordenaba sus
carpetas.
-Maestra
¿puedo hacerle una pregunta?
-Claro,-me
respondió con una actitud agradable y una sonrisa amigable.
-Usted
siempre nos habla de autores y muchas cosas más, sé que le gusta apoyar a los
demás y también sé que la literatura le apasiona, podrá responderme sobre
¿Quién soy?, llevo toda la noche pensando eso.
-Dulzura,
sí te hablo de autores no respondería tu persona, ya que eso es algo personal.
Hay muchas cosas que podría decirte, pero tu respuesta escapa a lo que un autor
pueda dejarte en su obra, púes tanto cultura como los pensamientos que te
comprenden son diferentes.
Me
preparaba para ir a clase de historia, sin duda mi profesor sabía de conflictos
y cambios históricos en la humanidad. Cuando terminó su clase, caminé hacia él
y le dije que tenía una duda no referente a la clase.
-Tengo
una duda algo complicada, ayer casi no pude dormir pensando en todo, dígame,
nunca se ha preguntado usted ¿Quién es?, ¿de dónde viene?, ¿hacia dónde va? Sus
propósitos y todo eso, ¿Qué es uno?
-Muchos
hemos tenido esa duda mujercita, y creo que pocos la han podido responder. Si
me preguntas del ser humano se le conoce como pensante, pero también como
animal político, pero si me preguntas creo que somos más que un ser vivo, como
los animales, vive sin un límite, y un fin, si quieres te puedo recomendar
ciertos libros o películas que tal vez podrían ayudarte.
-Gracias
profesor, le di la mano y me retiré de allí.
Solo
trataba de conectar las opiniones y tener una propia, sólo faltaban dos horas
de clases y podría irme a casa, no había sido una pérdida de tiempo haber
preguntado a mis profesores, pues teniendo muchos puntos de vista, es cuando
puedes hacer una opinión personal.
Terminaron
las dos horas de inglés, tomé mi mochila y caminé hacia mi casa, aunque tenía
mucho sueño me dirigí hacía una tienda y compré una galleta, un Arizona y por
supuesto un cigarrillo. Me senté en una banca que había en el parque durante
toda la tarde, mirando a las nubes jugar con el viento, pensando…
Habré
estado unas cuatro horas mirando el cielo, ya estaba oscuro cuando empecé a
caminar a casa. Mientras avanzaba la pregunta seguía insistente en mi cabeza,
me percaté de un vagabundo recostado en la puerta de una iglesia, se notaba muy
hambriento, quizás nadie le daba limosna para que compre comida, así que le di
mi galleta y el Arizona. Cuándo me acerque a él me miro con tristeza pero a la
vez agradecido.
-Amigo
sé que no es mucho, pero tome esto para no pasar la tarde con el estómago
vacío.
-Muchas
gracias joven, es usted una buena persona.
-Luego
procedió a comenzar su banquete y me retiré de ahí para darle su espacio.
Sin
darse cuenta, me había dado un lindo regalo, me dijo quién era. Una pregunta
que ninguna institución me pudo responder ¿Qué importa que carezca de
fundamentos filosóficos, o no sé qué otras tonteras más? Ser “buena persona” me
bastaba por hoy, pues al dormir ya no me preguntaría más quien era, tengo el
corazón lleno. Pese que carezco de los conocimientos teóricos, sólo me siento
humana.
Ysidro Hernández María José