UNA
AMISTAD
INESPERADA

El adolescente se encontraba muy contento ya que era algo
que él deseaba desde hace mucho tiempo, tendría privacidad y espacio para sí
mismo.
Aun no contaba con muchas pertenencias con las cuales
llenar su habitación, así que su madre tomo la decisión de llevarlo a una venta
de garaje, donde podría encontrar todo tipo de artículos, para así poder
tenerlas en su recamara, la mayoría de las cosas que se encontraban allí eran
de segunda mano, con dueños anteriores, él se encontraba buscando que comprar,
hasta que vio un armario de madera, con diversos detalles, ya se encontraba
maltratado, pues ya era viejo, pero a él le había llamado mucho la atención ese
armario, así que lo llevaron a casa para que junto a su padre pudiera
repararlo, junto con otras cosas.
El y su padre lijaron y pintaron el armario dejándolo
como nuevo, ni se reconocía aquel viejo y desastroso armario, lucía muy bien,
reluciente y quedaba perfecto en aquella habitación.
Él pensaba guardar en el sus fotografías, cartas y
diversas cosas personales que no quería que nadie observara.
Esa noche empezaron a suceder cosas sumamente extrañas en
esa habitación. Dentro del armario se escuchaba un cierto tipo de golpeteo y
una voz muy extraña, decidió ir a abrir las puertas de aquel armario, pero no
pudo observar nada, pero aquella voz se escuchaba lentamente. Decidió volver a
la cama y escuchar música para tratar de evitar que sus oídos no siguieran
escuchando aquella voz.
La siguiente noche decidió dejar las puertas abiertas del
armario y con la duda se acercó para asegurarse de que aquella voz se había
marchado, pero en ese instante se desprendió un espejo cayendo al suelo y
haciéndose trizas, el chico se espantó y salió corriendo a la habitación donde
se encontraban sus padres y comentándoles lo sucedido, sus padres riendo
dijeron: - hijo, ve a dormir, seguramente estaba flojo el vidrio y cayo; el muy
temeroso y con cierta desconfianza subió a su habitación y se recostó sobre la
cama quedándose dormido.
Al día siguiente al ir a la escuela le comento a su mejor
amigo lo que había ocurrido en su habitación, la voz que escuchaba y lo que
había pasado con el espejo.
Le pidió que se quedara una noche con él para así poder
saber que sucedería con el armario.
Al caer la noche prepararon galletas y muchas golosinas
para poder observar el armario, pasaron minutos y ellos observando
minuciosamente, hasta que dentro del armario se escuchaba como golpeaban, las
puertas del armario comenzaron a abrirse lentamente y se escuchaba un rechine.
De repente desde el pequeño armario un diminuto
hombrecillo regordete, asomó su cara entre las repisas de aquel mueble, era de
color carne, estaba vestido con un gorro, unas botas, un blusón verde y un
pantalón negro, tenía unos ojos grandes, una nariz redonda, unos diminutos
dedos y unas orejas diminutas.
Ellos se quedaron asombrados y muertos de miedo,
no sabían que hacer y simplemente se miraban el uno al otro y tartamudeando se
preguntaron que iban a hacer, los diminutos dedos del hombrecillo se tomaban de
las puertas para impulsarse hacia afuera, los chicos salieron corriendo hacia
abajo, a la habitación del padre de Jesús, este para evitar más escándalo por
la noche, se llevó el armario a la parte de atrás donde se encontraban las
cosas vejas, los chicos subieron a la habitación y un poco más tranquilos se
acostaron a dormir.
Sin darse cuenta la criatura había subido trepando por
las paredes golpeteando las puertas, corrió y dijo - ¿ustedes creyeron que
sería tan fácil escapar?
Saltó a la cama y con un fuerte golpe noqueo a el amigo
de Jesús dejándolo inconsciente, Jesús le dijo a la criatura - ¿Qué quieres de
nosotros? – El pequeño hombrecillo respondió – me han despertado y estoy
hambriento – el pequeño saltó a la cama devorando las galletas y golosinas que
aún quedaban.
El pequeño ser, sacando una luz mágica de sus manos hizo
que el amigo de Jesús despertara, enseguida se disculpó por el gran golpe que
le había dado y de igual manera tratando de ser amistoso dijo – lo siento gran
amigo, simplemente quería comer galletas y golosinas, no he comido esto desde
hace años, en mi mundo no existe lo dulce, no existen estas golosinas, todo es
salado – los chicos muy asombrados, tuvieron un dialogo con el hombrecillo y
preguntaron lo siguiente – ¿Cómo es el lugar de dónde vienes? – el diminuto ser
amablemente contesto – es un lugar maravilloso, lleno de árboles, con seres tan
hermosos como yo, con unicornios y una hermosa cascada.
Cada viernes caída la noche, ellos bajaban e iban a
visitar a sus amigo, llevándole galletas y muchas golosinas y conversaban por
horas y horas.
Pasado los años, ya Jesús teniendo un hijo obsequio aquel
armario a su progenitor, mirándolo con una gran sonrisa diciendo –cuida de lo
que hay dentro.
Fin.
Jesús Guadalupe Ovando Hernández
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