miércoles, 27 de diciembre de 2017

CUENTO UNA AMISTAD INESPERADA

UNA AMISTAD INESPERADA

Jesús había cumplido 13 años de edad, y sus padres decidieron que era tiempo de que dejara de compartir habitación con su hermano mayor, decidieron limpiar y habilitar el cuarto que se encontraba en la segunda planta de su casa y entonces subieron todas sus cosas a aquella vieja habitación.
El adolescente se encontraba muy contento ya que era algo que él deseaba desde hace mucho tiempo, tendría privacidad y espacio para sí mismo.

Aun no contaba con muchas pertenencias con las cuales llenar su habitación, así que su madre tomo la decisión de llevarlo a una venta de garaje, donde podría encontrar todo tipo de artículos, para así poder tenerlas en su recamara, la mayoría de las cosas que se encontraban allí eran de segunda mano, con dueños anteriores, él se encontraba buscando que comprar, hasta que vio un armario de madera, con diversos detalles, ya se encontraba maltratado, pues ya era viejo, pero a él le había llamado mucho la atención ese armario, así que lo llevaron a casa para que junto a su padre pudiera repararlo, junto con otras cosas.

El y su padre lijaron y pintaron el armario dejándolo como nuevo, ni se reconocía aquel viejo y desastroso armario, lucía muy bien, reluciente y quedaba perfecto en aquella habitación.
Él pensaba guardar en el sus fotografías, cartas y diversas cosas personales que no quería que nadie observara.

Esa noche empezaron a suceder cosas sumamente extrañas en esa habitación. Dentro del armario se escuchaba un cierto tipo de golpeteo y una voz muy extraña, decidió ir a abrir las puertas de aquel armario, pero no pudo observar nada, pero aquella voz se escuchaba lentamente. Decidió volver a la cama y escuchar música para tratar de evitar que sus oídos no siguieran escuchando aquella voz.

La siguiente noche decidió dejar las puertas abiertas del armario y con la duda se acercó para asegurarse de que aquella voz se había marchado, pero en ese instante se desprendió un espejo cayendo al suelo y haciéndose trizas, el chico se espantó y salió corriendo a la habitación donde se encontraban sus padres y comentándoles lo sucedido, sus padres riendo dijeron: - hijo, ve a dormir, seguramente estaba flojo el vidrio y cayo; el muy temeroso y con cierta desconfianza subió a su habitación y se recostó sobre la cama quedándose dormido.

Al día siguiente al ir a la escuela le comento a su mejor amigo lo que había ocurrido en su habitación, la voz que escuchaba y lo que había pasado con el espejo.

Le pidió que se quedara una noche con él para así poder saber que sucedería con el armario.
Al caer la noche prepararon galletas y muchas golosinas para poder observar el armario, pasaron minutos y ellos observando minuciosamente, hasta que dentro del armario se escuchaba como golpeaban, las puertas del armario comenzaron a abrirse lentamente y se escuchaba un rechine.

De repente desde el pequeño armario un diminuto hombrecillo regordete, asomó su cara entre las repisas de aquel mueble, era de color carne, estaba vestido con un gorro, unas botas, un blusón verde y un pantalón negro, tenía unos ojos grandes, una nariz redonda, unos diminutos dedos y unas orejas diminutas. 

Ellos se quedaron asombrados y muertos de miedo, no sabían que hacer y simplemente se miraban el uno al otro y tartamudeando se preguntaron que iban a hacer, los diminutos dedos del hombrecillo se tomaban de las puertas para impulsarse hacia afuera, los chicos salieron corriendo hacia abajo, a la habitación del padre de Jesús, este para evitar más escándalo por la noche, se llevó el armario a la parte de atrás donde se encontraban las cosas vejas, los chicos subieron a la habitación y un poco más tranquilos se acostaron a dormir.
Sin darse cuenta la criatura había subido trepando por las paredes golpeteando las puertas, corrió y dijo - ¿ustedes creyeron que sería tan fácil escapar?

Saltó a la cama y con un fuerte golpe noqueo a el amigo de Jesús dejándolo inconsciente, Jesús le dijo a la criatura - ¿Qué quieres de nosotros? – El pequeño hombrecillo respondió – me han despertado y estoy hambriento – el pequeño saltó a la cama devorando las galletas y golosinas que aún quedaban.

El pequeño ser, sacando una luz mágica de sus manos hizo que el amigo de Jesús despertara, enseguida se disculpó por el gran golpe que le había dado y de igual manera tratando de ser amistoso dijo – lo siento gran amigo, simplemente quería comer galletas y golosinas, no he comido esto desde hace años, en mi mundo no existe lo dulce, no existen estas golosinas, todo es salado – los chicos muy asombrados, tuvieron un dialogo con el hombrecillo y preguntaron lo siguiente – ¿Cómo es el lugar de dónde vienes? – el diminuto ser amablemente contesto – es un lugar maravilloso, lleno de árboles, con seres tan hermosos como yo, con unicornios y una hermosa cascada.

Cada viernes caída la noche, ellos bajaban e iban a visitar a sus amigo, llevándole galletas y muchas golosinas y conversaban por horas y horas.

Pasado los años, ya Jesús teniendo un hijo obsequio aquel armario a su progenitor, mirándolo con una gran sonrisa diciendo –cuida de lo que hay dentro.

Fin.



Jesús Guadalupe Ovando Hernández 

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