lunes, 4 de diciembre de 2017

FÁBULA LA AVARICIA DEL HOMBRE

LA AVARICIA DEL HOMBRE


Un hombre todas las noches antes de irse a dormir siempre imaginaba como sería su vida si tuviera todas aquellas riquezas que anhelaba, que sucedería cuando se convertiría en un hombre con poder y mucha fama.

Una mañana se levantó decidido a vender todo lo que poseía…al atardecer no tenía nada más que ofrecer a las personas, puesto que se había desecho de todas sus cosas. Busco un buen lugar para vivir y lo le quedo de su gran tesoro lo oculto cerca de una cueva que había en su hogar.

Todos las noches imaginaba que alguien se quería adueñar de sus riquezas y con frecuencia en las mañana iba a inspeccionar el lugar para asegurarse de que nada le había ocurrido.

Un hombre que pasaba seguido por ese rumbo todas las mañanas miraba como aquel hombre iba desesperado a aquella cueva y decidió investigar qué era lo que frecuentaba con desesperación y con miedo. Al ver las riquezas que poseía no dudo ni un segundo en tomarlos, ya que estos al parecer no estaban muy bien protegidos.

A la mañana siguiente el hombre llego y al ver que dicha cueva estaba vacía con desesperación y lágrimas en los ojos comenzó a gritar:

-¿Me han robado, oh, dios mío…que alguien me ayude!
Un anciano que pasaba lo miro y le dijo:
-Hey, tu…¿Qué pasa, porque gritas?

A lo que el respondió contándole todo lo ocurrido…
-Creíste que tener un lingote te volvería invencible, y te deshiciste de todas aquellas cosas que eran útiles para ti. Ese lingote no te ofrecía nada, solo el gusto de poder apreciarlo y te sentiste rico y poderoso. Ahora, regresa a casa y cuida bien tus cosas…

Pero ese era el problema, su casa estaba vacía, pues había vendido todo por tener ese lingote.

Moraleja: Hay que valorar las cosas que poseemos. Guardar riquezas no sirve de nada, las cosas se deben valorar por su papel en la vida y porque nos la hacen más placentera y agradable.


-ZARAHÍ GARCÍA TORRES.

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