LA NIÑA DE LAS
MUÑECAS
Cierto
día la anciana enfermó, por lo que Aurorita tuvo que quedarse en casa a
cuidarla. La llevó al doctor pero vio que no tenía dinero para comprar sus
medicamentos, entonces la niña decidió quedarse toda la noche haciendo muñecas
para venderlas al día siguiente y así juntar mucho dinero para curar a su
abuela.
Trabajó
con mucho esfuerzo y dedicación, ya que le daba tristeza ver a su ser querido
en esa situación, la niña empezó a sentir cansancio, los párpados se le
cerraban, se dijo ella misa: no me puedo quedar dormida, pero sin darse cuenta
el sueño la venció, dejando las muñecas incompletas; pero luego apareció un
hada que al ver el interés y el buen corazón de la niña, decidió ayudarla y
mágicamente, a la mañana siguiente, las muñecas estaban listas para ser
vendidas. Aurorita no se explicaba lo que había pasado, sin embargo no lo pensó
más y se fue al pueblo a vender sus muñecas.
Cuando
regresó a casa, llevó los medicamentos de su abuela, puesto que había vendido
todas sus muñecas, al paso de los días se recuperó favorablemente y continuó en
la elaboración de esas bellas muñecas con su nieta, Aurorita le decía:
abuelita, ¿te imaginas si tuviéramos una linda casita sin tener que pasar frío?
Y ella le contestaba- mi linda niña, tendríamos que vender un sinfín de muñecas
pero, algún día recibirás un premio por tener un gran corazón. La niña seguía
yendo al pueblo con la esperanza de reunir dinero para una casa.
Un
buen día, estando la niña en el pueblo, apareció una mujer alta, de tez blanca,
con su cabello negro, sus ojos cafés y sus labios rojos como el carmín, se
acercó ligeramente hacia donde estaba la niña y le preguntó con una tierna
sonrisa- pequeña, ¿Tú haces esas muñecas?, ella le contestó- claro que sí, las
elaboro con mi abuela desde hace algún tiempo. ¡Qué maravilla!- le dijo aquella
mujer, verás me he quedado sorprendida con sus creaciones, me interesaría saber
más sobre cómo las hacen, yo tengo una fábrica de juguetes y ¡jamás había visto
muñecas tan lindas como éstas!, quisiera hablar de negocios contigo y tu
abuela.
–Disculpe, dijo Aurorita, ¿usted cree que si le ayudamos a hacer
muñecas como las nuestras podamos tener dinero para hacer una linda casa algún
día?- ¡por supuesto!-Le dijo la mujer, -y para que no seamos extrañas, mi
nombre es Alma y es un gusto conocerte,-gracias, mi nombre es Aurorita, y
también es un gusto conocerla, vayamos con mi abuela.
Al
llegar a casa de la niña, aquella mujer quedó muy entusiasmada con todo lo que
observaba allí, las creaciones eran muy lindas; entonces hablaron sobre la
elaboración de las muñecas y la señora Alma les explicó que sus creaciones
podrían venderse en todo el país. Muy contentas, Aurorita y su abuela hicieron
trato con ella.
En
poco tiempo, las muñecas empezaron a venderse por todo el país, poco, a poco,
el sueño de la casa se fue haciendo realidad; Aurorita y su abuela estaban muy
felices, puesto que al fin se había cumplido aquel sueño tan anhelado por la
niña.

Al
paso del tiempo, aquella niña se convirtió en una gran empresaria, e hizo un
gran proyecto para comercializar las artesanías que vendían en su pueblo, y
ella siguió viviendo muy feliz con su abuela durante mucho tiempo.
FIN
Domínguez
Cortázar Perla Rubí
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