miércoles, 27 de diciembre de 2017

CUENTO LA NIÑA DE LAS MUÑECAS


LA NIÑA DE LAS MUÑECAS

Había una vez en un pueblito de México una niña llamada Aurorita, era muy bonita, tenía un cabello largo y lacio de color negro, su tez morena, vestía siempre con vestidos de colores hechos por su abuela con la cual quien vivía en una casita de madera; hacía mucho tiempo que los padres de esta niña habían fallecido, por lo que su abuela era quien veía por ella y le había enseñado a elaborar muñecas de trapo pintadas de muchos colores, las cuales la niña salía a vender por las calles. A la gente le gustaban mucho las muñecas que la niña vendía y la felicitaban por su esfuerzo.

Cierto día la anciana enfermó, por lo que Aurorita tuvo que quedarse en casa a cuidarla. La llevó al doctor pero vio que no tenía dinero para comprar sus medicamentos, entonces la niña decidió quedarse toda la noche haciendo muñecas para venderlas al día siguiente y así juntar mucho dinero para curar a su abuela.

Trabajó con mucho esfuerzo y dedicación, ya que le daba tristeza ver a su ser querido en esa situación, la niña empezó a sentir cansancio, los párpados se le cerraban, se dijo ella misa: no me puedo quedar dormida, pero sin darse cuenta el sueño la venció, dejando las muñecas incompletas; pero luego apareció un hada que al ver el interés y el buen corazón de la niña, decidió ayudarla y mágicamente, a la mañana siguiente, las muñecas estaban listas para ser vendidas. Aurorita no se explicaba lo que había pasado, sin embargo no lo pensó más y se fue al pueblo a vender sus muñecas.

Cuando regresó a casa, llevó los medicamentos de su abuela, puesto que había vendido todas sus muñecas, al paso de los días se recuperó favorablemente y continuó en la elaboración de esas bellas muñecas con su nieta, Aurorita le decía: abuelita, ¿te imaginas si tuviéramos una linda casita sin tener que pasar frío? Y ella le contestaba- mi linda niña, tendríamos que vender un sinfín de muñecas pero, algún día recibirás un premio por tener un gran corazón. La niña seguía yendo al pueblo con la esperanza de reunir dinero para una casa.

Un buen día, estando la niña en el pueblo, apareció una mujer alta, de tez blanca, con su cabello negro, sus ojos cafés y sus labios rojos como el carmín, se acercó ligeramente hacia donde estaba la niña y le preguntó con una tierna sonrisa- pequeña, ¿Tú haces esas muñecas?, ella le contestó- claro que sí, las elaboro con mi abuela desde hace algún tiempo. ¡Qué maravilla!- le dijo aquella mujer, verás me he quedado sorprendida con sus creaciones, me interesaría saber más sobre cómo las hacen, yo tengo una fábrica de juguetes y ¡jamás había visto muñecas tan lindas como éstas!, quisiera hablar de negocios contigo y tu abuela.

–Disculpe, dijo Aurorita, ¿usted cree que si le ayudamos a hacer muñecas como las nuestras podamos tener dinero para hacer una linda casa algún día?- ¡por supuesto!-Le dijo la mujer, -y para que no seamos extrañas, mi nombre es Alma y es un gusto conocerte,-gracias, mi nombre es Aurorita, y también es un gusto conocerla, vayamos con mi abuela.

Al llegar a casa de la niña, aquella mujer quedó muy entusiasmada con todo lo que observaba allí, las creaciones eran muy lindas; entonces hablaron sobre la elaboración de las muñecas y la señora Alma les explicó que sus creaciones podrían venderse en todo el país. Muy contentas, Aurorita y su abuela hicieron trato con ella.

En poco tiempo, las muñecas empezaron a venderse por todo el país, poco, a poco, el sueño de la casa se fue haciendo realidad; Aurorita y su abuela estaban muy felices, puesto que al fin se había cumplido aquel sueño tan anhelado por la niña.

Pronto se mudaron a su nueva casa, y la pequeña tuvo la oportunidad de entrar a la escuela y decía: algún día también seré como Alma, una gran empresaria para ayudar a todos los artesanos de mi pueblo. Mientras la niña dormía, nuevamente el hada se colocó al lado de ella y le dijo: tú serás recompensada nuevamente por tu buen corazón pequeña, agitó su varita y desapareció.




Al paso del tiempo, aquella niña se convirtió en una gran empresaria, e hizo un gran proyecto para comercializar las artesanías que vendían en su pueblo, y ella siguió viviendo muy feliz con su abuela durante mucho tiempo.

FIN


Domínguez Cortázar Perla Rubí 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

CUENTO ¿QUIÉN SOY?

¿QUIÉN SOY? Estaba llegando a mi plantel cuando empecé a sentir las consecuencias...