EL CRISTALERO Y EL CAMPESINO
Había
una vez en una gran ciudad, donde cada año llegaban muchas personas de todo el
mundo a visitarlo, porque era muy bello y porque tenía grandes pirámides, sus
animales majestuosos y el cristal que estaba por doquier de la ciudad lo que
hacía que la ciudad brillara.
Un
día un cristalero tenía su propia tienda de cristales, vendía vasijas, floreros,
etc. Pero como los habitantes de esta ciudad lo ensuciaban mucho tirando basura
en las calles y la gran contaminación provoco que los turistas dejaran de
llegar a la ciudad.
Un día un campesino había llegado muy lejos, pidiendo trabajo por toda la ciudad, pero nadie le dio trabajo ninguno, entonces decidió preguntarle al cristalero si podía trabajar en su tienda a lo que le respondió el cristalero:
Jajá,
se carcajeo el cristalero, no logramos atraer a la gente
- Señor
de me la oportunidad, le puedo limpiar sus cristales y atender a la clientela.
Dijo el campesino.
- Umm
está bien solo que no te pagare hasta que haya ventas, dijo el cristalero
- Sí
señor, muchísimas gracias, dijo entusiasmado el campesino
Al
día siguiente el campesino se levantó muy temprano y comenzó a limpiar toda la
tienda y al cabo de unos meses los turistas comenzaron a llegar de nuevo a la
tienda y a toda la ciudad y aumentaron mucho las ventas del cristalero y la
ciudad se vio más hermosa.
Moraleja:
si todos tuviéramos el hábito de la limpieza, nuestras ciudades no estuvieran
contaminadas y así fomentaríamos el cuidado del media ambiente.
Maya Villegas Rivaldo José
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