jueves, 14 de diciembre de 2017

FÁBULA EL CRISTALERO Y EL CAMPESINO

EL CRISTALERO Y EL CAMPESINO
                                                                                  
Había una vez en una gran ciudad, donde cada año llegaban muchas personas de todo el mundo a visitarlo, porque era muy bello y porque tenía grandes pirámides, sus animales majestuosos y el cristal que estaba por doquier de la ciudad lo que hacía que la ciudad brillara.

Un día un cristalero tenía su propia tienda de cristales, vendía vasijas, floreros, etc. Pero como los habitantes de esta ciudad lo ensuciaban mucho tirando basura en las calles y la gran contaminación provoco que los turistas dejaran de llegar a la ciudad.


Un día un campesino había llegado muy lejos, pidiendo trabajo por toda la ciudad, pero nadie le dio trabajo ninguno, entonces decidió preguntarle al cristalero si podía trabajar en su tienda a lo que le respondió el cristalero:
  Jajá, se carcajeo el cristalero, no logramos atraer a la gente
-       Señor de me la oportunidad, le puedo limpiar sus cristales y atender a la clientela. Dijo el campesino.

-       Umm está bien solo que no te pagare hasta que haya ventas, dijo el cristalero
-       Sí señor, muchísimas gracias, dijo entusiasmado el campesino

Al día siguiente el campesino se levantó muy temprano y comenzó a limpiar toda la tienda y al cabo de unos meses los turistas comenzaron a llegar de nuevo a la tienda y a toda la ciudad y aumentaron mucho las ventas del cristalero y la ciudad se vio más hermosa.

Moraleja: si todos tuviéramos el hábito de la limpieza, nuestras ciudades no estuvieran contaminadas y así fomentaríamos el cuidado del media ambiente.

Maya Villegas Rivaldo José



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